miércoles, 8 de diciembre de 2010

11 comentarios:

  1. Me gusta, como todo lo que escribís. El epígrafe ya me conmueve porque pertenece a uno de los poemas de Miguel Hernández que más me gusta: "Elegía". La estrofa final es la que me captura por completo, apoyándote en un espacio sin tiempo marcado por dos elementos: el cigarrillo que una vez fumabas y hoy ya no, y los mates que antes no se lavaban nunca y hoy están tan lavados...Siento el tiempo del poema como el tiempo de tu vida real: estuviste esperando a tu amigo, tanto tanto que, por eso, el mate está como está, tan solo como vos extrañando a Guille. Es un placer leerte, siempre, siempre. Un beso grande.Te quiero mucho!

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  2. Daniel, qué hondura hay en cada palabra que extraña a Guille, desde la filosofía del título se presiente el muro que los separa y tanto recuerdo que los une, la pucha, hasta siento el gusto de los mates lavados.
    Guille duele como Ramón Sijé.

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  3. Qué bueno, Daniel. Conmueve. Tu poema es abrazo y mate. Calles de recuerdos. Te felicito.
    Un abrazo.

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  4. la profundidad de tu poema se refleja en la tristeza que marca tu sentimiento

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  5. muy bueno el poema al amigo ausente, usás las palabras que cualquiera de nosotros hubiera querido, pero hay que saber ponerlas en el lugar justo.

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  6. La emotividad de lo perdido solo se nota en la intimidad, aun siendo versal, en esa intimidad que nos hace únicos herederos de nuestros recuerdos y los únicos ca`paces de hacerlos realidad.
    Que el So te abrace por siempre, hermano.

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  7. Cuánta hondura en cada palabra, se siente el abrazo no dado... pero también cuánta ternura, me hizo reir el "gesto televisivo" tan propio de la adolescencia. Hermoso Daniel.

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  8. Cuántos nos sentimos identificados por cada palabra, por cada verso...
    Gracias, amigo, por compartilo.
    Me hiciste viajar tan lejos en el tiempo y tan cerca en el corazón...

    Gla

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  9. Tan simple y cotidiano y al mismo tiempo tan maravilloso...

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  10. Elaborada sencillez en las palabras para el amigo que se fue antes.
    Un abrazo, Daniel.

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